Hace algunos años nuestros abuelos y abuelas almacenaban fotos de sus familias, amistades, recuerdos y sobre todo eventos importantes en cuanto al crecimiento de sus hijos e hijas, toda la historia de una persona se podía plasmar en fotografías que quedarían guardadas en álbumes que después mostraban a sus amistades y seres queridos.
En la actualidad esto ha cambiado, con el avance de la tecnología, ahora nuestros álbumes son las plataformas digitales, servicios de nubes y redes sociales, siendo estas últimas las más accesibles para compartir recuerdos y experiencias con nuestros familiares, amigos y conocidos.
Para quienes son padres no hay nada más importante y que les llene de orgullo que sus hijos e hijas, las nuevas hazañas y experiencias que empiezan a tener mientras sus pequeños van creciendo, siendo las fotos y videos los que ayudan a preservar estos recuerdos y las redes sociales el medio preferido en el cual comparten este material digital con sus familiares y amigos. Pero estas conductas también pueden representar un riesgo para los infantes y más si no se tiene responsabilidad con el tipo y la cantidad de contenido que se publica en las redes sociales.
Existe un término para el exceso de exposición de los menores de edad en internet por parte sus padres llamado Sharenting.
¿Qué significa Sharenting?
Antes de continuar, pongamos en perspectiva este término. Este concepto es relativamente nuevo y es la conjunción de dos palabras en inglés que son share (compartir) y parenting (paternidad o crianza) tal y como lo podemos intuir, se refiere a la tendencia de compartir cada aspecto de la vida de un menor, ejemplificando podríamos mencionar sus primeros pasos, primeras hazañas, graduaciones, festivales, cumpleaños y un sinfín de eventos personales en la vida de los niños.
Siendo los padres los principales responsables de esta conducta y sobreexposición de la vida privada de sus hijos, claramente esta “inocente” conducta representa un riesgo para la privacidad e integridad tanto física como emocional para los menores, ya que en la mayoría de las ocasiones los niños y niñas no tienen la capacidad u oportunidad de brindar su consentimiento para aprobar el que su intimidad sea expuesta de esa manera y aunque los padres pensaran que solo lo están compartiendo con personas cercanas, en internet es muy difícil que se tenga un control sobre la distribución de dichos materiales digitales, los cuales pueden estar al alcance de un simple clic para cualquier persona ya sea conocida o desconocida.
Peligros, huella y reputación digital.
En esta época actual casi todas las personas tenemos presencia en internet de forma voluntaria o involuntaria. Esto en el caso de los niños ha sido en su mayoría involuntariamente. Conforme se van compartiendo estas fotografías y experiencias de los menores en internet, se va formando una identidad digital la cual los seguirá por el resto de sus vidas. Esto pareciera no tener mayor gravedad, pero como lo mencionamos antes, cualquier persona ajena al círculo de personas cercano a ellos con una computadora e internet puede tener acceso al material digital que se ha compartido en las redes sociales.
El peligro aumenta si acompañamos este material con descripciones que den pista sobre rutinas escolares, familiares o de ocio, situaciones poco adecuadas en los que los menores se encuentren sin o con poca ropa, situaciones vergonzosas o poco favorables para los menores. Este tipo de material podría terminar en sitios o foros de pedófilos, ser material para realización de memes o hasta brindar una visión más amplia sobre en dónde encontrar al menor y atentar contra su integridad física.
También se presentan los casos en los cuales el atacante puede hacerse pasar por un conocido de algún menor, valiéndose de la información proporcionada tanto por los menores como por los padres con el fin de hacerse de su confianza y obtener material sexual o explícito y posteriormente chantajearlos de forma monetaria o con encuentros físicos.
Memes y ciberbullying.
Cada día vemos una nueva tendencia en memes y situaciones que están al debate público sin que la persona que está siendo objeto pueda hacer mucho para detener viralizaciones.
Esto en especial a los niños, niñas y adolescentes representa un conflicto más grande, ya que podría ocasionarles serios problemas psicológicos la situación se llega a tornar tan grave que el no tener el control de dicho material que en ocasiones ha llevado al suicido en especial en adolescentes.
Tal vez una situación que los padres crean graciosa o divertida, para los pequeños no lo sea y tendrán que lidiar con las consecuencias de dicha exposición de su intimidad, en las cuales ni los propios padres tienen el control.
Recomendaciones:
- Cuidar y respetar la intimidad e imagen de las y los menores.
- Evitar compartir fotos o videos en condiciones incómodas, vergonzosas o desfavorables para los menores.
- Evitar compartir fotos con uniformes o logos que den pista de lugares donde pudieran ser encontrados.
- Pedir el consentimiento de los menores (en caso de que pueda darlo) si se quiere compartir una foto.
- Evitar compartir contenido con ubicaciones o que den indicios de rutinas que lleven a cabo los menores.
- Desactivar la ubicación cuando se toma una foto o video o eliminar dicho dato del material digital.
Conclusiones.
Los padres necesitan tomar seriedad en cuanto al contenido digital que comparten, habiendo tan poco control sobre quién puede o no ver dicho contenido y sobre todo pensar en la integridad y seguridad se sus hijos e hijas.
Además de tener conciencia sobre el uso que le dan los adolescentes a las redes sociales, sobre todo que estos últimos sientan la confianza de expresar sus inquietudes sobre el funcionamiento y peligros que existen en ellas.
La proliferación de la vida digital es inevitable, pero estando bien informados sobre el funcionamiento, riesgos y prevenciones que podemos encontrar en los medios digitales, podemos reducir el peligro que pueden correr los menores.
Escrito Por:
Alan Tapia
Security Consultant